Iglesia de San Juan Bautista

Levantada por los Templarios en 1241

Aquella primera ermita estaba ubicada en el mismo lugar que la actual Iglesia, en lo más alto del valle, en el Teso del Calvario, allí donde estuvo el primer asentamiento templario. Se sabe que la Orden del Temple elegía para sus construcciones aquellos lugares mágicos, con fuerza telúrica, próximos a los caminos, para realizar mejor su labor de proteger a los viajeros que los utizaban. Y lo más probable es que desde San Muñoz, estos clérigos guerreros, dieran protección por aquel entonces a las personas que viajaban por la Cañada Real.

Otro detalle que denota el origen templario de esta Iglesia, es la de su santo patrón, San Juan Bautista, santo al que veneraban especialmente los templarios.  

Pero no fueron estos monjes templarios los primeros habitantes de este lugar, nuestras leyendas dejan constancia de aquella bella mujer mora que se peinaba en la fuente que lleva su nombre. Y hoy sabemos que, mucho antes que los templarios, en el periodo Achelense (350.000-128.000 años) ya algunos grupos de humanos habitaban en esta orilla del río Huebra.  

Volviendo a la Iglesia, el templo actual se construyó en el S XVI, sobre la antigua ermita, en esta ubicación elevada que lo hace sobresalir en altura sobre el resto de las casas de la villa y le da un aspecto de grandeza y majestuosidad.   

La actual Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, se construyó en el siglo XVI, aunque tuvo una importante reconstrucción en el siglo XVIII. Las escaleras de acceso, así como los cimientos, son de la primera etapa, elaborados con material granítico. El resto es ya de la segunda etapa,  en la que se eligió para la construcción la piedra arenisca de sillería. Esa piedra dorada, proveniente de las canteras de San Muñoz, que tanta luz y grandeza aportan a la fachada principal.

La fachada y la torre, de estilo renacentista, se construyeron en el S. XVIII, junto con los tres arcos menores del interior, el coro y el púlpito.

Una inscripción que aparece en la moldura del cuerpo de la Iglesia dice textualmente: “Desde este arco se hizo nuevo todo el cuerpo de esta iglesia, arcos, bóvedas, coro, torre y púlpito siendo beneficiado don Manuel Notario Pérez de la Cruz el segundo de este nombre y se cayó el día 4 de abril de 1741 y se concluyó el día 8 de mayo de 1744”.

La fachada presenta un vano de acceso adintelado, y a ambos lados del vano de la puerta principal, encontramos pilastras adosadas que sustentan un entablamento adornado con metopas y jarrones. En el centro una ventana rodeada de bonitas volutas.

En cuanto a los retablos, el del altar mayor, situado en la nave central, es de estilo barroco y data de 1735. Tallado en madera de pino, sin policromar. Encima del Sagrario, en una pequeña hornacina, se encuentra el Niño Jesús de Praga, vestido de blanco. En la siguiente y más grande aparece San José, aunque actualmente está la talla de San Juan.

El retablo de la capilla izquierda, también barroco, realizado en madera tallada y dorada, alberga un óleo barroco en su parte superior. El de la capilla derecha, de un barroco tardío, es también de madera dorada.

En el interior encontramos algunas esculturas de imaginería, como el Cristo Crucificado de la Buena Muerte, una talla renacentista realizada en madera policromada, tallada a finales del S. XVI. Un crucifijo de reducidas dimensiones, al que llaman el Cristo Chico y que se usa todavía hoy en día para encabezar las procesiones de la Semana Santa.

En lo alto del retablo podemos ver al patrón, otro San Juan Bautista, conocido como San Juan el Chico, que preside desde hace unos años el Altar.

En la parte izquierda, aparece una puerta de madera de pino con acceso al altar del patrono y entre columnas salomónicas está San Bernabé en una peana tallada de la misma madera.

En la parte derecha, hay otra puerta con características similares a la anterior y encontramos a San Pedro entre otras dos columnas salomónicas. 

En la última reforma que se acometió en 2001, la Iglesia fue objeto de una profunda y acertada restauración. Aunque hay también que decir, que se quitaron los dos retablos contiguos al retablo mayor. En su lugar se colocaron, sobre peana, a San Bartolomé y a Santa Teresa a la derecha y a  la Virgen de las Virtudes y a Santa Águeda a la izquierda.  

Descárgate el folleto con información histórica de nuestra Iglesia